Conociendo la verdadera Mexico -EN-ES- Getting to know the real Mexico

¡Hello Hive community!

My memories of Mexico are full of colors, flavors and unforgettable experiences. I went for a vacation before an event I would be working on, and my tour included a visit to Durango, a place that left an indelible mark.

Upon arriving in Durango, I was greeted by a vibrant city full of life. From the very first moment, I immersed myself in the local culture, exploring every corner with curiosity and enthusiasm. Strolling through its cobblestone streets allowed me to discover architecture that tells stories of times past, with colonial buildings that stand majestically and plazas that invite rest and contemplation.

One of the highlights of my stay in Durango was the food. Mexican gastronomy is world renowned, and Durango is no exception. From the first bite, I was fascinated by the richness and variety of its dishes. I tried tacos, enchiladas and tamales, each with its own unique combination of flavors and spices. Carne asada, a specialty of the region, quickly became one of my favorites. The local markets offered an abundance of fresh ingredients, and I couldn't resist the temptation to try everything I saw.

But food wasn't the only thing I enjoyed in Durango. The local beer also played a starring role in my experience. Mexico is known for its beers, and in Durango I found a wide variety of craft and traditional beers. Each sip was refreshing and full of nuances, perfectly complementing the flavors of the food. The region's beers have a character all their own, with a perfect balance of bitterness and sweetness, and enjoying them on a warm Mexican afternoon was a truly special experience.

Durango is also a place of gathering and celebration. During my visit, I loved strolling through its plazas and traffic circles, especially on weekends. These public spaces are transformed into centers of activity, where live music fills the air and people gather to enjoy each other's company. The musical events were varied, ranging from local groups playing traditional music to bands performing more contemporary genres. The energy and joy at these events was infectious, and I couldn't help but join in the fun.

Mexican culture is rich and diverse, and in Durango I had the opportunity to experience it up close. The plazas were filled with street vendors offering a variety of antojitos, from elotes to churros, each one more delicious than the last. These small bites were perfect for snacking while enjoying the music and the company of the locals. The warmth and hospitality of the people of Durango made me feel welcome and at home, even though I was far away from my country.

In addition to the food and music, Durango offers a natural beauty that cannot be ignored. The city's surroundings are filled with breathtaking scenery, from majestic mountains to meandering rivers. During my walks, I took time to admire nature and reflect on the tranquility and serenity that surrounded me. These moments of peace were a perfect counterbalance to the vibrant energy of the city.

The visit to Durango was only part of my trip through Mexico, but it left a lasting impression on me. Every corner of the city offered something new and exciting, and each experience contributed to a mosaic of memories that I will treasure forever. From the food and the beer to the music and the people, Durango showed me the richness and diversity of Mexican culture at its most authentic and charming.

Finally, my trip to Durango was not only an opportunity to enjoy and relax before my work event, but also a chance to learn and grow. Interacting with the local culture, exploring new foods and drinks, and participating in community events gave me a deeper understanding of Mexico and its people. Durango taught me to appreciate the little things in life and to find joy in every moment, a lesson I carry with me to this day.

I hope you enjoyed it as much as I did!


Spanish version


¡Hola comunidad de Hive!

Mis recuerdos de México están llenos de colores, sabores y experiencias inolvidables. Fui a pasar unas vacaciones antes de un evento en el que trabajaría, y mi recorrido incluyó una visita a Durango, un lugar que dejó una huella imborrable.

Al llegar a Durango, fui recibido por una ciudad vibrante y llena de vida. Desde el primer momento, me sumergí en la cultura local, explorando cada rincón con curiosidad y entusiasmo. Pasear por sus calles adoquinadas me permitió descubrir una arquitectura que cuenta historias de tiempos pasados, con edificios coloniales que se alzan majestuosos y plazas que invitan al descanso y la contemplación.

Uno de los aspectos más destacados de mi estancia en Durango fue la comida. La gastronomía mexicana es reconocida mundialmente, y Durango no es la excepción. Desde el primer bocado, quedé fascinado por la riqueza y variedad de sus platillos. Probé tacos, enchiladas y tamales, cada uno con su propia combinación única de sabores y especias. La carne asada, una especialidad de la región, se convirtió rápidamente en uno de mis favoritos. Los mercados locales ofrecían una abundancia de ingredientes frescos, y no pude resistir la tentación de probar cada cosa que veía.

Pero la comida no fue lo único que disfruté en Durango. La cerveza local también tuvo un papel protagónico en mi experiencia. México es conocido por sus cervezas, y en Durango encontré una gran variedad de cervezas artesanales y tradicionales. Cada sorbo era refrescante y lleno de matices, complementando perfectamente los sabores de la comida. Las cervezas de la región tienen un carácter propio, con un equilibrio perfecto entre amargor y dulzura, y disfrutarlas en una cálida tarde mexicana fue una experiencia verdaderamente especial.

Durango es también un lugar de encuentro y celebración. Durante mi visita, me encantó pasear por sus plazas y glorietas, especialmente los fines de semana. Estos espacios públicos se transforman en centros de actividad, donde la música en vivo llena el aire y la gente se reúne para disfrutar de la compañía mutua. Los eventos musicales eran variados, desde grupos locales que tocaban música tradicional hasta bandas que interpretaban géneros más contemporáneos. La energía y la alegría de estos eventos eran contagiosas, y no pude evitar unirme a la diversión.

La cultura mexicana es rica y diversa, y en Durango tuve la oportunidad de experimentarla de cerca. Las plazas estaban llenas de vendedores ambulantes que ofrecían una variedad de antojitos, desde elotes hasta churros, cada uno más delicioso que el anterior. Estos pequeños bocados eran perfectos para picar mientras disfrutaba de la música y la compañía de los lugareños. La calidez y hospitalidad de la gente de Durango hicieron que me sintiera bienvenido y en casa, a pesar de estar lejos de mi país.

Además de la comida y la música, Durango ofrece una belleza natural que no puede ser ignorada. Los alrededores de la ciudad están llenos de paisajes impresionantes, desde montañas majestuosas hasta ríos serpenteantes. Durante mis paseos, me tomé el tiempo para admirar la naturaleza y reflexionar sobre la tranquilidad y la serenidad que me rodeaban. Estos momentos de paz fueron un contrapeso perfecto a la energía vibrante de la ciudad.

La visita a Durango fue solo una parte de mi viaje por México, pero dejó una impresión duradera en mí. Cada rincón de la ciudad ofrecía algo nuevo y emocionante, y cada experiencia contribuyó a un mosaico de recuerdos que atesoraré por siempre. Desde la comida y la cerveza hasta la música y la gente, Durango me mostró la riqueza y diversidad de la cultura mexicana en su forma más auténtica y encantadora.

Finalmente, mi viaje a Durango no solo fue una oportunidad para disfrutar y relajarme antes de mi evento de trabajo, sino también una ocasión para aprender y crecer. La interacción con la cultura local, la exploración de nuevas comidas y bebidas, y la participación en eventos comunitarios me proporcionaron una comprensión más profunda de México y su gente. Durango me enseñó a apreciar las pequeñas cosas de la vida y a encontrar alegría en cada momento, una lección que llevo conmigo hasta el día de hoy.

¡Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo!

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