Memories of my first card change -EN-ES- Recuerdos de mi primer cambio de carta
¡Hello Hive community!
Today I want to share with you these photos that are a memory of my first great experience when I worked in a restaurant. My first menu change where we got together to see those new dishes and changes, give opinions and be all aligned. It was something very special for me and it still is. For this reason I have such beautiful memories of that day and I felt like telling it as if it were a story.
Here is my story.
In a small town surrounded by green hills and sun-gilded fields, stood a charming restaurant called "El Refugio del Sabor". This place was known for its warm hospitality and delicious dishes, carefully prepared with fresh local ingredients. Every detail of the restaurant, from the rustic décor to the soft music floating in the air, invited visitors to relax and enjoy.
One day, something special was about to happen at "El Refugio del Sabor". It was the first menu change that the restaurant would implement, and excitement and nerves filled the atmosphere. The team, composed of chefs, waiters, sommeliers and other collaborators, gathered early in the morning. Everyone was ready to taste the new dishes and adjust the last details before presenting the new menu to the customers.
The meeting started with a warm welcome from Sofia, the head chef. She explained that the goal of this change was to refresh the restaurant's offerings, introducing new flavors and experiences for diners. "We want to surprise and delight our customers," she said with a smile, "and I am sure we will achieve that with this new menu."
First, appetizers were served. There were small portions of bruschetta with fresh tomatoes and basil, Iberico ham croquettes and a delicate asparagus soup. Each team member tasted attentively, sharing their opinions and suggestions. "Maybe a little more salt in the soup," commented Carlos, one of the cooks. "I agree," replied Sofia, taking note.
Then it was time for the main courses. The delicious smell of mushroom risotto filled the room, followed by a juicy piece of grilled salmon and tender lamb with herbs. Everyone enjoyed every bite, discussing how each dish could be improved. "The risotto is perfect," said Ana, the sommelier.
Finally, it was time to try the desserts. There was an apple tart with vanilla ice cream, a smooth chocolate mousse and an amazing lemon cream with meringue. The satisfied faces and exclamations of pleasure were not long in coming. "These desserts are the perfect closure for our new menu," affirmed Marcos, one of the waiters. "I'm sure our customers are going to love them."
After tasting all the dishes, it was time to adjust the wine list. Ana presented a selection of wines she had carefully chosen to complement the new dishes. "This Chardonnay pairs perfectly with the salmon," she explained, "while this Merlot enhances the flavors of the lamb."
Each team member tasted the wines and discussed their impressions. "I think this Cabernet Sauvignon is too full-bodied for risotto," opined Laura, another of the waitresses. "Perhaps we should opt for a lighter Pinot Noir." Ana nodded, grateful for the input.
The team spent hours fine-tuning details, discussing every aspect with passion and dedication. Finally, the new menu was ready. Everyone was proud and excited to share these new dishes and wines with their customers.
When the restaurant opened that night, "El Refugio del Sabor" was full of life. Diners enjoyed every dish, surprised and delighted by the new flavors. The team, though exhausted, watched with satisfaction. They knew their effort had paid off.
And so, in that small village, "El Refugio del Sabor" continued to be a magical place, where every visit became an unforgettable experience. Thanks to the work and passion of its team, the new menu was a success, and the restaurant continued to conquer hearts and palates, one dish at a time.
I hope you enjoyed it as much as I did!
Spanish version
¡Hola comunidad de Hive!
Hoy les quiero compartir estass fotos que son un recuerdo de mi primer gran experiencia cuando trabajabba en un resto. Mi primer cambio de carta en donde nos juntamos para ver esos nuevos platos y cambios dar opiniones y todos estar alineados. Fue algo para mi muy especial y lo sigue siendo. Por este motivo tengo recuerdos tan hermosos de ese dia y me dieron ganas de narrarlo como si fuera un cuento.
Aca les dejo mi historia.
En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y campos dorados por el sol, se erguía un encantador restaurante llamado "El Refugio del Sabor". Este lugar era conocido por su cálida hospitalidad y sus platos deliciosos, cuidadosamente preparados con ingredientes frescos de la región. Cada detalle del restaurante, desde la decoración rústica hasta la música suave que flotaba en el aire, invitaba a los visitantes a relajarse y disfrutar.
Un día, algo especial estaba a punto de ocurrir en "El Refugio del Sabor". Era el primer cambio de carta que el restaurante implementaría, y la emoción y los nervios llenaban el ambiente. El equipo, compuesto por chefs, meseros, sommeliers y otros colaboradores, se reunió temprano por la mañana. Todos estaban listos para probar los nuevos platillos y ajustar los últimos detalles antes de presentar la nueva carta a los clientes.
La reunión comenzó con una bienvenida cálida de parte de Sofía, la jefa de cocina. Ella explicó que el objetivo de este cambio era refrescar la oferta del restaurante, introduciendo nuevos sabores y experiencias para los comensales. "Queremos sorprender y deleitar a nuestros clientes," dijo con una sonrisa, "y estoy segura de que lo lograremos con esta nueva carta."
Primero, se sirvieron los aperitivos. Había pequeñas porciones de bruschetta con tomates frescos y albahaca, croquetas de jamón ibérico y una delicada sopa de espárragos. Cada miembro del equipo probaba con atención, compartiendo sus opiniones y sugerencias. "Quizás un poco más de sal en la sopa," comentó Carlos, uno de los cocineros. "Estoy de acuerdo," respondió Sofía, tomando nota.
Luego llegó el turno de los platos principales. El olor delicioso del risotto de Hongos llenó la sala, seguido por una jugosa pieza de salmón a la parrilla y un tierno cordero con hierbas. Todos disfrutaron cada bocado, discutiendo cómo cada plato podía mejorarse. "El risotto está perfecto," dijo Ana, la sommelier.
Finalmente, fue el momento de probar los postres. Había una tarta de manzana con helado de vainilla, un suave mousse de chocolate y una sorprendente crema de limón con merengue. Las caras de satisfacción y las exclamaciones de placer no se hicieron esperar. "Estos postres son el cierre perfecto para nuestra nueva carta," afirmó Marcos, uno de los meseros. "Estoy seguro de que nuestros clientes los van a adorar."
Después de degustar todos los platillos, llegó el momento de ajustar la carta de vinos. Ana presentó una selección de vinos que había elegido cuidadosamente para complementar los nuevos platos. "Este Chardonnay marida perfectamente con el salmón," explicó, "mientras que este Merlot realza los sabores del cordero."
Cada miembro del equipo probó los vinos y discutió sus impresiones. "Creo que este Cabernet Sauvignon tiene demasiado cuerpo para el risotto," opinó Laura, otra de las meseras. "Quizás deberíamos optar por un Pinot Noir más ligero." Ana asintió, agradecida por el aporte.
El equipo pasó horas afinando detalles, discutiendo cada aspecto con pasión y dedicación. Finalmente, la nueva carta estaba lista. Todos se sentían orgullosos y emocionados por compartir estos nuevos platos y vinos con sus clientes.
Cuando el restaurante abrió esa noche, "El Refugio del Sabor" se llenó de vida. Los comensales disfrutaron de cada plato, sorprendidos y deleitados por los nuevos sabores. El equipo, aunque agotado, observaba con satisfacción. Sabían que su esfuerzo había valido la pena.
Y así, en aquel pequeño pueblo, "El Refugio del Sabor" continuó siendo un lugar mágico, donde cada visita se convertía en una experiencia inolvidable. Gracias al trabajo y la pasión de su equipo, la nueva carta fue todo un éxito, y el restaurante siguió conquistando corazones y paladares, un plato a la vez.
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