Nunca fui muy entusiasta por las fotos, ni mucho menos por aparecer en ellas. Fueron pasando los años y me di cuenta que las fotos eran disparadores de muchas anécdotas y recuerdos que mi mente si guardo, pero yo no tenía registro de ello. Aparecieron las redes sociales y cada vez las fotos estuvieron más presentes, antes mucho más en papel ahora de forma digital, pero mucho más presente en la vida de las personas. Uno ahora usa una cámara para tomar la foto de un precio, de un número telefónico, o de cualquier cosa que uno quiere recordar, algo que era sumamente algo hobbista o artístico ahora se transformó en una herramienta que todos usamos en el mundo entero prácticamente para todo.

Me fue imposible escapar de la trampa y jajaja poco a poco me fui amigando con la posibilidad de usarla, sin aparecer en ellas, pero siendo parte de la acción de querer registrar un momento. Empecé por ahí, jugando con los teléfonos, después al tiempo quise tener una mejor cámara, luego otra y al final quería tener un teléfono super con las mejores cámaras disponibles, pero no se me hizo posible aun. Lo cierto es que más allá de la cámara a disposición esa sensación de querer captar momentos, situaciones, gestos, me fue atrapando y hoy es una de las cosas que más me gusta hacer! Estoy aprendiendo a usar los ángulos y sacando poco a poco mejores fotos con los recursos que tengo sin dejar de lado la posibilidad de agarrar una cámara grande en algún momento y crear otros momentos.

Realmente la posibilidad de tomar momentos con cámaras de pocos recursos es interesante, porque te obliga a buscar formas nuevas de captar un momento y hacerlo estéticamente lindo cuando en realidad con ese equipo que tenes se hace muy difícil, la limitante fuerza tu potencial para bien o no. Y te obliga también a aprender cosas nuevas, buscando en internet, o consultando pero te empuja el no tener recursos. Ese valor me pareció interesante rescatar lo único que define el resultado final es para que lado de la mecha te encontras.

Aca tomando vino en una reunión en el patio de una amiga. Mucho vino

Y es por eso que aca les dejo unas pocas que tomé de una escapada a tucuman a visitar amigos que tuve. Los tucumanos son personas encantadoras, no se tiene una energía especial, son muy divertidos, siempre bien predispuestos para todo y para la diversión mucho más. siempre que voy me vuelvo con la sonrisa dibujada en la cara y con ganas de volver cada vez que puedo.

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