Decime que estuviste en Asia sin decirlo...

Las playas, las vacaciones y ese mood son todo lo que a uno lo pone en un estado de relajación total y absoluta en donde después de algunos días de aclimatarnos porque los primeros días si bien nos gusta y lo aceptamos con gusto, en general nos cuesta entrar en esos dos o tres días y bajar la intensidad con la que vivimos. Una vez que bajamos todo es realmente muy bueno y si te vas una semana o en realidad te vayas los días que sea, la sensación es que es poco tiempo y sientes que no te alcanza.

A este viaje le paso lo mismo, aunque me fui como unos 25 días y fue el viaje más largo que tuve en mi vida, lo cierto es que me paso eso. Los primeros días de playa fueron una adaptación para después agarrar el mood y sentirme tan a gusto con todo que estaba viviendo.

Asia es una locura por donde lo mires creo que desde el lugar más hostil hasta el más turístico son alucinantes. Yo no tuve la oportunidad de ir a los lugares más precarios, por el contrario estuve en las playas y la verdad que en todas las que estuve fue con experiencias lindas. Todas sus aguas son cálidas y sobre todo muy cristalinas. Por fuera se ven muy azules o turquesas, pero cuando estás ahí delante de ellas lo cierto es que puedes ver los pies y los peces que están por ahí o cualquier tipo de vida se ven perfectamente.

Así como las playas perfectas y soñadas, la cantidad de vegetación y plantas desconocidas es alucinante. Por ser un lugar tan húmedo, Asia es una zona muy preparada naturalmente como tantos otros lugares para la abundante vegetación y adaptabilidad de infinidades de especies. Desde animales como vegetales también.

Me la pase comiendo y probando cosas riquísimas sin parar, todo lo que veía de un color que no conocía era un motivo para ver lo que sabía. Cuando me completo con la comida es como que me voy y solo me meto en ese formato de buscar incesantemente. Era voraz mi intención de conocer todo lo que tenía a mi alrededor con todo tipo de comida.

Probé toda la comida callejera que pude pero hasta el hartazgo y desde ahí en adelante cuando sentí que me había cansado de comer chatarra no tan chatarra, entonces ahí empecé a buscar resto y busqué todo tipo de carnes, de vegetales que no conocía.

Este viaje fue una locura inmersiva que me hizo viajar muy fuerte en todo lo que sentí. Fue como estar en un estado de inconsciencia en donde estaba haciendo muchas cosas pero sin saber que las hacía y al mismo tiempo siendo consciente. Así me sentí en Asia.