Todavia sigo aprendiendo de la abuela

Soy un adulador de la juventud, un negacionista del envejecimiento del cuerpo y la decrepitud que como dice un amigo te dan la ciencia después de los 60 años con la evolución de la medicina, si ese soy yo.

Pero lo cierto es que a pesar de seguir pensando esto mismo que les digo y de no querer envejecer porque no quiero llegar a ese lugar, también les digo que hago lo posible por cuidarme y llegar a ese momento lo mejor que puedo porque no quiero terminar todo machucado como la mayoría. Hoy tengo abuela que ya está bien mayor y que se resbaló por vieja básicamente. Y por viejo se fracturó y terminó internada porque no puede caminar más. Para eso tiene que operar y para operar tiene que hacerle un transplante de cadera porque tiene los huesos muy gastados. Así como les cuento esto, que todos pueden decir, bueno joya, se opera rehabilitación y listo. Esto no es así. Lo cierto es que como es una persona muy mayor ya tiene 85 años llevaron su caso a un comité porque lo cierto es que si la operan también es un riesgo para ella que pueda morirse en la operación por no aguantar su cuerpo tan grande intervención.

Hace dos semanas que está en una sala común en un hospital público. Y desde ese día la estoy yendo a visitar. Tenemos la suerte que este lugar es realmente un desastre porque no hay casi nada de todo lo que debería. Todo parece ser muy básico y primaria al punto que no puedes dejar nada en tu mesa de luz porque las enfermeras de la noche o algunas de las personas que están por la noche se lo roban. Así es que cada vez que voy a verla me hago algunas cosas ricas para comer y tomamos y las compartimos juntos. tratando de quedarme todo el tiempo que puedo para hacerle compañía, ya que no puede estar en su casa ni con sus comodidades.

Lo bueno de todo esto que les estoy contando es que a pesar de estar en esta situación y quizás no ser de las mejores que podemos elegir ni para nosotros ni para un otro, cuando la fui a visitar ayer la encontré muy contenta y animada porque una señora que está al lado de ella en la cama es de Paraguay igual que ella y cuando se dieron cuenta se pusieron a hablar en guaraní como cuando era pequeña, cosa que había perdido casi que desde que llegó a Buenos Aires. Se la pasan charlando y haciendo compañía. Cada una desde su cama se la pasan hablando todo el día, comentando y recordando cosas de su niñez, de sus pagos, de su historia.

Al verla tan bien, aun estando en ese lugar y en esa situación me di cuenta que es una perspectiva nada más y dije voy a sacar unas fotos de este lugar a ver que sale y salieron estas fotos que aunque denotan de la precariedad del lugar, me parecieron que salieron luminosas y esperanzadoras para alguien que tuviera que entrar a un hospital público y le muestran las fotos.