Tokio la verdadera ciudad que nunca duerme
A veces pensar en culturas como las orientales es una locura para nosotros tan occidentales. Parecen cuentos de fantasía en donde lo que se vive de ese lado del mundo no son reales y tampoco parecen ser reales como se relacionan y conviven allí.
Por muchos amigos y conocidos que fueron que viven allá y por mi experiencia yo conocía una Tokio que me partió la cabeza y al mismo tiempo me generó confusión y desconcierto. Recuerdo las vivencias que me contaban de esa gigante oriental, una de las grandes ciudades del mundo, el verdadero futuro de nuestra sociedad viene de esos lugares. Ciudades en donde no se maneja dinero, en donde la gente paga con la palma de la mano o con el ojo o a lo sumo con el teléfono. En donde la mayoría de la gente trabaja entre 12 a 16 horas diarias y culturalmente está tan bien que lo hagan que no se lo planteaba en milenios.
Ciudad en donde todo está en su lugar. Los cestos de basura están limpios y las calles no se ensucian. Los semáforos se respetan y las personas no se tocan, no se rozan, y muchos menos se chocan.
Recuerdo estar ahí y estar sorprendido y feliz. Recuerdo que todo lo que veía me llamaba la atención y que los contrastes eran tan grandes que mis ojos sentían que iban a explotar. Los Japoneses son una cultura que es muy introvertida, muy vergonzosa, naif. Se sonrojan no hablan de sexo, las relaciones entre hombres y mujeres se dan de una manera muy diferente a las nuestras y su interaccion con la vida social es atraves de un telefono. Es muy diferente esta vida.
Una tarde ya estaba cayendo el sol y me di cuenta que comenzaban a abrir algunos bares y restaurantes entonces ahí me quedé pensando que era lo que pasaba si era como yo sabia y como veia que todos estan todo el dia trabajando. Había un número que de la ecuación no me estaba dando bien. Quería saber qué era lo que estaba pasando entonces decidí entrar ver qué era lo que pasaba y si podía hablar con algunas personas y entender esta idea en mi cabeza que no cerraba.
Y llegué a esta conclusión hablando con japoneses. Ellos trabajan muchísima cantidad de horas. La mayoría de las personas en donde trabajan tanto y por su cultura son tan limitados para relacionarse socialmente persona a persona que usan su teléfono para socializar y generar vínculos. Otro grupo es el que por muchos otros motivos como estatus, crianza etc tiene la inquietud de poder usar algo de lo que le quede de tiempo libre para tomar en bares, comer o generar relaciones con las personas a la vieja usanza.
Las diferencias son abismales, la distancia entre nuestra cultura y la suya es planetaria, pero lo fácil que es cruzar esa distancia y terminar haciendo un brindis juntos es muy fácil. Estas son algunas de las fotos de los bares y restaurantes que conocía en Kioto, Japón.
Comments